Las mejores prácticas de crianza amable

Las mejores prácticas de crianza amable

Tu hijo de 10 años ignora las repetidas llamadas para que deje de pelear con su hermano pequeño (y de gritar). O tu hija llena en el cine su botella de agua dos veces con un granizado, sin pagar. En lugar de regañar reactivamente a tus hijos para que se arrepientan, considera un método de entrenamiento con un enfoque más colaborativo y reflexivo. Los expertos afirman que un estilo más amable ayudará al niño a procesar mejor las emociones y mejorar el comportamiento para un crecimiento y desarrollo saludables a largo plazo.

Modelo de ecuanimidad: Verywellfamily.com analiza los elementos clave de una crianza amable: empatía, respeto, comprensión y límites claros. Aconseja a los padres que modelen la compasión que desean en sus hijos, impongan límites consistentes y respeten sus sentimientos. "Cuando mostramos gentileza, especialmente durante momentos estresantes, moldeamos la tolerancia a la frustración y la flexibilidad. Mantener la calma y ser amable y firme marca la pauta para un crecimiento y desarrollo positivos", afirma Allison Andrews, doctora en Psicología.

Ser creador de reglas: Establecer pautas claras sobre el comportamiento apropiado con altas expectativas brinda a los niños seguridad y estructura. "Esto significa que un niño se sentirá lo suficientemente seguro como para explorar nuevos entornos y, al mismo tiempo, se sentirá protegido. Al final, esto fomentará la confianza. Con niños mayores, ten en cuenta su edad antes de reaccionar ante su comportamiento. Hacerlo te ayudará a comprender mejor su forma de pensar para ayudarlos a superar sus sentimientos de manera adecuada", señala Verywell Family.

Aprovechar el momento: Cleveland Clinic explica el cambio del marco de castigo/recompensa (sin gráficos de pegatinas ni tiempos de espera) a un enfoque más colaborativo que brinda al niño conciencia emocional y espacio para mejorar su conducta. Así que piénsalo tres veces antes de gritar: "¡Estás actuando de forma absurda y podrías hacer que llegue tarde al trabajo!", ya que el niño podría detenerse por miedo, pero más tarde reincidir. "La respuesta más amable es mantener la calma y la firmeza, hacer una pausa y decir con calma: 'Te dejaré en la escuela y luego me iré a trabajar. Necesitamos salir a tiempo... Si no estás listo, entonces ambos llegaremos tarde y me enojaré. Y si me enojo, perderás privilegios”.

Debes tener un plan interno para dar un paso atrás y responder de manera eficiente. Elogiar cuatro veces más que criticar. Analiza los resultados, las consecuencias y los desencadenantes del comportamiento. "Los estudios muestran que la comprensión mutua y este enfoque de equipo aumenta el sentido de apego del niño hacia sus padres. El sentido de apego se asocia con menos síntomas depresivos y mayores niveles de gratitud y perdón en el futuro", apunta.

Parents.com señala otras sugerencias para reducir la ansiedad y reforzar habilidades sociales positivas. Recomienda separar la acción de la persona y educar constantemente con amabilidad, empatía y compasión: no más sargento instructor. Entonces, si tu hijo en edad preescolar se niega a ponerse el abrigo para salir de casa, entonces pregúntale con voz neutral qué está pensando. "Escucha con paciencia y comprensión y luego encuentra una solución que funcione para todas las partes involucradas".

¡Hazlo! Un artículo de Jessica Winter en el New Yorker analiza cómo es preferible centrarse en los sentimientos y motivaciones de un niño, que tratar de corregir un comportamiento desafiante. El niño aprende a controlar las emociones a medida de que el cuidador las califica de importantes. "El niño se convierte en una persona autorregulada, amable y concienzuda porque quiere serlo, no porque conseguirá un helado”.

Claro que, en medio de rutinas agitadas, puede que no haya tiempo para un diálogo tan didáctico. Sin embargo, cualesquiera que sean sus limitaciones, Winter afirma que es una respuesta más saludable que levantar impulsivamente la voz y arrastrar a tu hijo hasta la puerta. "Ha cambiado la forma en que hablo con mis hijos y el modo de afrontar con ellos los momentos difíciles, y estoy agradecida por eso".

Independientemente del modelo disciplinario, cada padre puede incorporar un enfoque más paciente y amoroso para criar hijos amables y reflexivos a medida que avanza el 2024.